Nos preocupan profundamente las acciones emprendidas y la voluntad manifestada por el Gobierno de Israel de perpetrar un genocidio en la Franja de Gaza. La negativa a abrir corredores humanitarios para garantizar el acceso a luz, agua, alimentos y atención médica es una clara violación los Derechos Humanos y una amenaza inaceptable para la vida de dos millones de personas.

Hoy, expresamos nuestra profunda solidaridad con la diáspora palestina residente en Canarias y en todo el mundo, reconocemos su lucha continua por la autodeterminación, la justicia y la paz, y compartimos su dolor por las difíciles circunstancias que han enfrentado durante décadas.

Drago Canarias quiere recordar los valores internacionalistas que siempre han caracterizado al pueblo canario. De este modo, nuestro compromiso con la promoción de los valores de la no violencia, la construcción de paz, la oposición al apartheid y la lucha contra el colonialismo es inquebrantable.

Consideramos inadmisible la inacción y complicidad de la mayoría de los liderazgos de las potencias coloniales frente a las graves amenazas proferidas por el gobierno de Israel contra el pueblo palestino. Este comportamiento va en contra de los principios más básicos de justicia y Derechos Humanos.

El pueblo palestino ya ha sido víctima de muchas promesas incumplidas. Por ello, instamos al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a que España reconozca al Estado Palestino, tal y como se comprometió a hacerlo en 2016. Es el momento de actuar en cumplimiento con las resoluciones de la ONU para la búsqueda una solución pacífica y justa al conflicto israelí-palestino. Esta solución pasa por poner fin a la política de ocupación colonial y de segregación que impone Israel en los territorios palestinos.

En este momento crítico recordamos la importancia de negarnos, de decir «no» a una situación de injusticia, como primer paso irrenunciable para construir la paz. Esto significa oponerse al colonialismo, al apartheid y, en última instancia, al genocidio del pueblo palestino.

La paz y la justicia social son nuestras metas, y estamos comprometidos a seguir luchando por ellas, por el pueblo palestino, el saharaui, y todos los pueblos oprimidos del mundo que merecen el reconocimiento de su libertad y el poder ejercitarla.

No podemos sino sumarnos a un grito que es ya un clamor:

NO EN NUESTRO NOMBRE.